Martes, 24 de Abril de 2018 07:11

Ser asexual en los Alpes es evolutivamente una ventaja para sobrevivir

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El profesor de botánica Diego Nieto Lugilde El profesor de bot�nica Diego Nieto Lugilde

Un equipo internacional explica por qu� los ejemplares de una flor alpina que se reproducen sin necesidad de fecundaci�n se distribuyen m�s que sus hom�logos sexuales


Mide entre 5 y 20 cent�metros, su flor es blanca y es la versi�n alpina de los populares �botones de oro� mediterr�neos, que son amarillos. El Ranunculus kuepferi, a pesar de su aparente fragilidad, es una de las especies vegetales que mejor se ha adaptado a la vida en condiciones extremas, como es el caso del clima de alta monta�a. Lleva miles de a�os adornando los valles de las monta�as m�s altas de Europa, donde conviven m�s de 30.000 especies silvestres. Saber c�mo lo ha conseguido puede contribuir a entender mejor c�mo los seres vivos respondemos a los cambios que se producen en la Tierra. En el caso de los �botones de oro� alpinos, la clave parece estar en su forma de reproducirse, seg�n se desprende del trabajo de investigaci�n realizado por un equipo internacional en el que participa el profesor de Bot�nica de la Universidad de C�rdoba, Diego Nieto Lugilde.


Este equipo ha pasado varios a�os recopilando informaci�n, contrastando diferentes bases de datos de ubicaci�n y distribuci�n de la especie, que, cruzados con referencias clim�ticas (humedad, exposici�n al sol o temperatura, entre otras) han servido para explicar por qu� Ranunculus kuepferise extiende de manera diferente por los Alpes. Seg�n estudios filogen�ticos, los botones sobrevivieron durante las �ltimas glaciaciones (c. 21.000 a�os) en la zona m�s occidental de los Alpes e iniciaron su extensi�n hacia el Este hace unos 10.000 a�os. Sin embargo, s�lo una parte de ellos ha logrado alcanzar el �rea oriental de la cordillera. Han sido aquellos ejemplares que se reproducen por partenog�nesis, es decir, generando individuos nuevos sin necesidad de ser fecundados. A priori s�lo ese dato podr�a ser entendido como una ventaja evolutiva: ser un bot�n de oro asexual aumenta la capacidad de colonizar nuevas �reas. Sin embargo, el trabajo que Nieto Lugilde ha desarrollado en los �ltimos a�os ha querido confirmarlo cruzando la informaci�n sobre la extensi�n de plantas herb�ceas con la cobertura arb�rea de las diferentes �reas alpinas registradas en im�genes v�a sat�lite. De esta forma se pretendi� saber c�mo afect� a su extensi�n la convivencia de aquellas florecillas con los grandes �rboles que pueblan los bosques alpinos.
Las conclusiones, publicadas en la revista EcologyLetters, bas�ndose en un modelo de simulaci�n, apuntan a una multiplicidad de causas. La primera de ellas, m�s all� de la obvia econom�a de cualquier especie �no necesitar otro individuo para la reproducci�n es sencillamente m�s ventajoso- tiene que ver con el hecho de que los individuos asexuales se desarrollan mejor a temperaturas m�s bajas, lo que hace que puedan sobrevivir en condiciones adversas con temperaturas a�n m�s bajas y, por tanto, tambi�n a mayor altitud. Adem�s, el estudio ha confirmado que los ejemplares sexuales, al vivir a altitudes m�s bajas, tienen que competir con los grandes �rboles del �rea oriental. Todo esto les permite dispersarse mejor a trav�s de la cadena monta�osa. Las adaptaciones de los ejemplares asexuales, pues, ha sido la clave de su amplia distribuci�n en la alta monta�a europea.

Referencias: 
Kirchheimer, B; Wessely, J; Gattringer, A; Hulber, K; Moser, D; Schinkel, CCF; Appelhans, M; Klatt, S; Caccianiga, M; Dellinger, A; Guisan, A; Kuttner, M; Lenoir, J; Maiorano, L; Nieto-Lugilde, D; Plutzar, C; Svenning, JC; Willner, W; Horandl, E; Dullinger, S. Reconstructing geographical parthenogenesis: effects of nichedifferentiation and reproductive mode on Holocene range expansion of an alpine plant. ECOLOGY LETTERS. 10.1111/ele.12908.

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