2. Las medidas adoptadas por el gobierno de la naci�n ponen en riesgo aquello que es fundamental salvar en una crisis tan grave como la que vivimos: la posibilidad de salir de ella. Las medidas que se imponen repercuten directamente en la posibilidad de regeneraci�n del sistema universitario, ya que suponen perder a una parte considerable del profesorado en formaci�n cuya carrera profesional se ver� interrumpida. Entendemos que cualquier medida anti crisis deber�a asegurarse el no arriesgar el futuro de la Instituci�n universitaria
3. Estas medidas se adoptan sin contar con los interlocutores leg�timos del propio sistema universitario y, por lo tanto, rompe toda posibilidad de usar los sistemas de sinergias tan fundamentales cuando se necesita actuar sobre sistemas complejos. Si se quiere modificar con solvencia al sistema universitario, no puede hacerse sin contar con sus actores principales. Eso conduce a que el conjunto del sistema reaccione un�nimemente en contra y, por lo tanto, impide una reforma que posibilite una salida plausible de la crisis. Por lo tanto, las iniciativas ministeriales no hacen sino despilfarrar los recursos existentes para salir de la crisis ya que fuerza a todos los actores a luchar contra las propuestas, en lugar de remar en la misma direcci�n.
4. Entre las medidas anunciadas por el Ministerio de Educaci�n se han suprimido programas como Educa3 o Escuela 2.0; el primero dedicado a apoyar el nivel educativo de 0 a 3 a�os y el segundo a integrar las tecnolog�as de la informaci�n en las aulas. Estas l�neas de actuaci�n se han valorado como no prioritarias e ineficientes por el actual ministro de educaci�n. La educaci�n es algo imprescindible para la sociedad, aporta formaci�n, identidad, solidaridad, �tica, creatividad, emoci�n, reglas de convivencia, oportunidades; por tanto no puede valorarse en t�rminos de d�ficit.
5. La acci�n del gobierno central impone unos recortes en las partidas presupuestarias asignadas a educaci�n que afectar� a la oferta de empleo p�blico de los centros de infantil y primaria con el consiguiente perjuicio para los egresados de nuestras Facultades y para la calidad del sistema educativo en general. Los recortes en infantil y en primaria y la supresi�n de programas y oposiciones no se deber�an hacer sin haber o�do a los responsables de las diferentes Autonom�as. El futuro de la educaci�n no puede depender de medidas econ�micas coyunturales. La falta de visi�n en los planteamientos ministeriales a medio plazo constituye un error evidente.
6. La subida de tasas y el cierre de carreras poco demandadas incidir� negativamente en algunos planes de estudios universitarios y provocar� un ciclo perverso: al subir las tasas, menos alumnos podr�n estudiar, lo que llevar� a que algunas carreras tengan menos alumnos que los permitidos para continuar y habr� que cerrarlas. El propio RD impone mecanismos de cierre. Esta medida concreta de la elevaci�n de las tasas universitarias, sin otras complementarias, traer� consecuencias imprevistas: no s�lo impedir� el acceso a la formaci�n universitaria de muchas personas con menor poder adquisitivo, sino que forzar� tambi�n a que sobrevivan s�lo algunos t�tulos, los que el mercado seleccione. Consideramos una dejaci�n de funciones inadmisible el que un gobierno deje al mercado la decisi�n estrat�gica del dise�o de la formaci�n superior de la sociedad.
7. Sin previo aviso se utilizan los sexenios de investigaci�n como medida de la capacidad docente te�rica de un profesor. Un reconocimiento de la labor investigadora del profesorado se utiliza como una espada de Damocles contra un grupo de profesores, aumentando su carga docente y creando otro c�rculo vicioso: m�s clases, menos investigaci�n, m�s clases, disminuyendo por tanto la calidad de la docencia y la capacidad investigadora de las Universidades.
Finalmente, queremos poner de manifiesto que los Decanos de las Facultades de Educaci�n de Andaluc�a, Ceuta y Melilla, nos posicionamos en contra de este Real decreto y a favor de la universidad p�blica y la autonom�a universitaria. "