El ciervo de la pen�nsula Ib�rica constituye una subespecie singular (Cervus elaphus hispanicus), que ha sido moldeada por los per�odos glaciales e interglaciales que han marcado su diferenciaci�n y semejanzas con otras subespecies europeas. El inter�s cineg�tico de esta especie ha hecho que se hayan producido y se sigan produciendo translocaciones, tanto entre zonas dentro de la Pen�nsula como desde otros lugares de Europa. Los ciervos de otras subespecies introducidos en las poblaciones espa�olas provocan la introgresi�n de genes extranjeros que ponen en riesgo la conservaci�n del ciervo ib�rico.
Desde hace a�os, el equipo que lidera el profesor Juan Carranza Almansa, anteriormente en la Universidad de Extremadura y en la actualidad director de la C�tedra de Recursos Cineg�ticos y Pisc�colas (CRCP) de la Universidad de C�rdoba, ha llevado a cabo diversos proyectos de investigaci�n con el resultado de un procedimiento gen�tico que permite controlar las introducciones de ciervos extranjeros. Desde el a�o 2003 el test gen�tico se viene utilizando en la homologaci�n de trofeos por parte de la Junta Nacional de Homologaci�n de Trofeos de Caza y para las autorizaciones de introducciones por parte de algunas comunidades aut�nomas.
Los resultados de esos estudios sobre gen�tica de las poblaciones de ciervo en Espa�a, los principales linajes gen�ticos existentes en la Pen�nsula Ib�rica y sus relaciones con otras subespecies de ciervo en Europa, han sido presentados recientemente por el profesor Carranza, acompa�ado de dos de los miembros de su equipo, Javier P�rez Gonz�lez y Mar�a Salinas Sugr��ez, en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (Comit� Interauton�mico de Caza; Direcci�n General de Medio Natural y Pol�tica Forestal). El objetivo es propiciar un protocolo para su aplicaci�n coordinada en todo el territorio espa�ol, as� como en Portugal, para lo cual ya se ha firmado un convenio con la Universidad de Aveiro con el fin de trabajar conjuntamente para la aplicaci�n del protocolo gen�tico en el pa�s vecino, ya que el �rea natural de distribuci�n del ciervo ib�rico abarca ambos pa�ses."